Adiós querida Bea

Bea, Joan Brull

Adiós querida Bea

En la primavera del 2012, llegaba Bea a MONA.
Exactamente 10 años más tarde, nos ha dicho adiós.Desde hace años padecía una enfermedad cardiopulmonar crónica. Por eso los cuidadores debían ingeniárselas para darle la medicación cada día , mañana y tarde. A veces era muy fácil y otras se necesitaban las mejores cabezas para crear nuevas combinaciones que taparan el gusto de las medicinas. Pero al final siempre se conseguía.

Hemos querido hacerle un pequeño homenaje con imágenes de momentos especiales: su reencuentro con Tom después de haber estado un año separados, su primera salida con Coco y Tom a exteriores, y algunas de las muestras de afecto que siempre recibía de su familia. Era una chimpancé pequeña, pero con un gran corazón.

Cuando llegó, la llamamos cariñosamente «la dramas» porque por nada ya estaba llorando. Lo hacía para llamar a su querido Tom y a su inseparable Coco. La integración en el grupo de los Bilinga fue un pequeño reto, precisamente por lo exagerada que podía llegar a ser. Pero a la que los demás se acostumbraron y empezaron a entenderla, todo fluyó.

Ayundando a los demás

Bea siempre estuvo en el centro de las actividades sociales. Y con sus ganas de atención, consiguió «despertar socialmente» a animales que ya dábamos por imposibles, como Tico. Ella fue quién le ayudó a empezar a hacer grooming, a dejarse abrazar y a disfrutar de la compañía de sus congéneres. También desaparecía debajo del abrazo de Víctor, que hacía tres como ella.

Ver cómo Tico le hace grooming a Bea

La relación especial con Coco, su mejor amiga

Ellas dos se conocían desde hacía muchos años y ya antes de MONA habían sido compañeras de vida.  Aquí siguieron con su gran amistad y pudieron ampliar sus lazos sociales con todo el grupo.

Ver cómo evolucionaron socialmente 

Ver cómo siempre conseguía la atención que quería

Momento inédito de Coco ayudando a Bea

Simpática, cariñosa, mandona, algo llorona y muy sociable. Bea era ¡genio y figura! La vamos a echar de menos, igual que su familia. Pero estamos muy felices por haberla conocido y haberle ofrecido diez años de vida plena entre sus congéneres, colmada de mimos.

 

 


Sé parte de la solución para estos animales hoy