Se ha celebrado la reunión de EARS, asociación europea de centros de rescate de animales
Fundación MONA ha sido la organización anfitriona de estas jornadas.
Representantes de más de 20 organizaciones de los principales centros de rescate y santuarios de fauna en Europa pudimos trabajar juntos durante tres jornadas. En el encuentro también participaron con ponencias representantes de CITES del Ministerio de Transición Ecológica y miembros del SEPRONA.
EARS, que este año celebra su décimo aniversario, es una red que permite a las organizaciones que comparten unos criterios y estándares de calidad y profesionalidad, trabajar juntos para conseguir objetivos comunes de bienestar y conservación animal. Esta red europea trabaja para promover y conseguir mejoras continuas en el bienestar animal y abordar las diferentes problemáticas que hacen necesaria su existencia. Vela por que los centros de rescate de cada región puedan contribuir a cuestiones importantes y debates nacionales y regionales, y porque su voz, intereses y preocupaciones estén representados y sean escuchados en el Parlamento Europeo.
Avances técnicos que cambian vidas
Éste es el caso del nuevo sistema que se presentó durante esta jornadas para hacer electrocardiogramas a los animales de forma no invasiva. Un proyecto que se ha llevado a cabo entre ingenieros del Grupo de instrumentación, sensores e interfaces de la UPC y la Fundación MONA y que plantea un antes y un después del control de la salud cardíaca de animales en cautividad. Se trata de unos sensores integrados en unos guantes, con los que el cuidador debe tocar dos puntos del animal y esperar unos segundos para obtener los resultados.
En el caso de los chimpancés que viven en MONA poder realizar estos controles simplemente tocando un dedo de cada mano del animal, sin tener que anestesiarlos, supone una herramienta que directamente les puede salvar la vida, ya que la principal causa de muerte en cautividad de nuestros parientes más cercanos son las enfermedades cardíacas.
Sinergias para colaborar con los centros de Ucrania
Uno de los participantes fue el Santuario para Osos Domazhyr, en la ciudad ucraniana de Leópolis. Los relatos de su directora dejaron a todos los asistentes afligidos. La odisea que es llegar a diario al trabajo y volver a casa, los hallazgos que hacen de osos atados y abandonados dentro de pequeñas jaulas en restaurantes que los utilizaban como reclamo turístico, o cómo pasan los misiles por encima de los sus cabezas y los incendios en las instalaciones donde están los animales causados por la metralla que cae del cielo. Una pesadilla de difícil solución mientras dure la guerra. Pero los centros de EARS han acordado una mayor coordinación para mejorar las condiciones de animales y sus cuidadores, y la aportación de material, como jaulas de transporte y vehículos para los rescates de los animales.