El pasado día 30 de noviembre sometimos a Nico a una resonancia magnética.
Ya hace un año se le hacía por primera vez esta prueba y fue gracias a los resultados obtenidos que hallamos que Nico padecía la llamada malformación de Chiari con hidrosiringomielia asociada. En la operación del pasado enero se corrigió la malformación, que había producido una hernia cerebelar. La hidrosiringomielia, que es un cúmulo de líquido encefalo-raquídeo, no se operó ya que es más seguro esperar un tiempo a que por si sola se reabsorba. Para hacer un seguimiento de cómo va este proceso se le hizo esta última resonancia magnética. Las placas van a ser enviadas al equipo de neurocirujanos que lo operó y en breve tendremos el diagnóstico.
A pesar de que Nico lleva muchos meses sin automutilarse, sigue presentando algunas viejas heridas.
El pasado día 6 de octubre le hicimos unas radiografías para hacer un seguimiento del estado de su mano izquierda.
A primera hora de la mañana lo llevamos a la clínica veterinaria Clinican, de la cercana población Cassà de la Selva. Estuvo muy tranquilo durante el traslado y desde su jaula de transporte curioseó todo el rato qué pasaba fuera de la furgoneta. No tuvimos la necesidad de anestesiarlo para hacerle las placas, ya que se mostró bastante colaborador y eso nos facilitó mucho todo el trabajo. En las radiografías no se aprecia la presencia de osteomielitis (infección del hueso), aunque sí aparece una artrosis en la articulación de un dedo que lleva tiempo anquilosada, como consecuencia de las heridas que se autoinflingía.
Os seguiremos informando de cómo evoluciona el caso.
Dos semanas después de su operación, Nico ya ha vuelto con su familia. Y es que el resultado no podría haber ido mejor.
Durante los primeros días temimos que hubiera padecido una lesión cerebral, porque no se mantenía en pie ni tenía fuerza ni coordinación. Pero el Dr. Rimbau, que ha venido en varias ocasiones para hacerle el seguimiento, nos tranquilizó diciendo que era el transcurso normal y se mostró sorprendido de su evolución. Los niños de su edad pasan bastante tiempo en la u.c.i. antes de recuperarse. A la semana exacta después de la intervención, Nico nos dio una grata sorpresa: ya volvía a caminar y trepar casi normalmente. Y no sólo eso, ya no se muerde y sus heridas se han curado totalmente. Esperemos que sea el inicio de una nueva vida para Nico.
Este pasado sábado día 21 de enero operamos a Nico de la malformación congénita del cráneo que padece, llamada malformación de Chiari.
Es la primera vez que se hace esta operación en primates no humanos. A primera hora de la mañana se efectuaban los preparativos en el centro de Mona y antes de las 10 llegábamos a la clínica veterinaria Canis, en Girona. Los neurocirujanos Dr. Rimbau y Dr. Lafuente y todo su equipo se habían desplazado hasta allí. La operación en sí duró algo más de dos horas y se desarrolló sin problemas. Pero después sufrió un paro cardiorrespiratorio. Durante un par de minutos, médicos, veterinarios y anestesistas lucharon por la vida de Nico y consiguieron reanimarlo. Ese mismo día, por la tarde, ya fuera de peligro, lo trajimos de vuelta a Mona. Tras pasar sin percances la primera noche bajo la vigilancia de Olga Feliu, por la mañana empezó a reaccionar ante estímulos. Sus movimientos son algo descoordinados de momento aunque el Dr. Rimbau, tras venir a hacer un control, opina que es el transcurso normal de una recuperación de estas características. Estará varios días y varias noches bajo supervisión constante, porque el postoperatorio de esta intervención es la parte más delicada. Os mantendremos informados de cómo va progresando Nico.
Como ya os explicábamos en la revista número 11, tras hacerle una resonancia magnética hallamos que Nico tiene una malformación congénita llamada malformación de Chiari, asociada a una patología conocida como hidrosiringomielia.
Se ha tomado la decisión de operarlo tras haber consultado el caso con diferentes neurocirujanos y llegar todos a la conclusión de que es imprescindible la intervención. Si no lo hiciéramos Nico corre el riesgo de ir perdiendo capacidad motriz, hasta el extremo de llegar a estar paralizado. Y lo más alarmante es que al tener el cerebro mal colocado dentro del cráneo, por lo visto un simple estornudo podría matarlo. El Dr. Rimbau, especialista en este tipo de operaciones en personas, se ha ofrecido a ayudarnos desinteresadamente. Por supuesto es una intervención que comporta un alto riesgo, pero que reporta grandes beneficios al afectado en el 84% de los casos en humanos. Esperamos que después de esta operación la vida de Nico se normalice y todos podamos disfrutar de su bienestar.
Sé parte de la solución para estos animales hoy